Presentación

Presentación

viernes, 23 de marzo de 2018

Ocio trabajador

No importa en qué se ocupe el carpintero
ni por dónde marque el paso el mercader,
trabajo es trabajo, es lo que hay que hacer,
es la fuente más honesta de dinero.

Sí importa en qué se ocupe el jardinero,
pues más que el dinero él busca florecer
en un mundo donde todo es obtener
la ganancia por la venta de un florero.

El trabajo no nos enseñó el camino
del trabajo sino de la ganancia,
de desear una vida de abundancia.

En el jardín floreció el ocio divino
que puso en el trabajo la belleza.
Trabajo para ser libre, no presa.


Talio




jueves, 22 de marzo de 2018

Secreto

No es un pecado y tampoco una hazaña.
Sucede y nunca nadie ha de saberlo.
Nace para no ser y a la vez serlo.
Cura el alma al momento que la daña

No encuentra su prisión mas está preso
en un laberinto en el que el minotauro,
sin relación con el dios pastor Glauco,
quiere irse en un camino sin regreso.

No sale y sin salir él ya está afuera,
pasando indetectable ante los ojos
y sin pronunciarse en los labios rojos.

No se le dice a nadie ni a cualquiera;
convertirnos en ellos es decreto:
siendo nadie y cualquiera está el secreto.


Talio




miércoles, 21 de marzo de 2018

He querido

He querido que mi corazón sea el único
que pasa por las sombras de tus ojos
cuando les deslumbran los despojos
de mi alma, de mi ser, de mi indómito
amor que crece, y crece insólito.

He querido que mi corazón le dé ritmo
a los pasos que tus pasos dejan
en mi camino, pero los tuyos se alejan.
Se alejan pues les han cantado el himno
de una ley que en tu caso es solo un timo.

He querido que mi voz alegre el canto
que tus oídos escuchan cada día,
pero mi voz oculta la alegría
de mi ser deseoso de ser santo.
La alegría no dice mi amor, ni dice cuánto.

He querido que mis manos sean tu ropa,
sean tu manta y sean tu toalla de baño.
He querido que un minuto dure un año
cuando escucho las palabras de tu boca.
Mi ropa y mi tiempo nunca te harían daño.

He querido prepararte el alimento
y nutrir tu piel, tu ser y tu figura,
de un bizcocho que dé nueva ricura
al té que es aroma de tu aliento.
Quiero ser tu comida y tu sustento.

He querido que sólo a mí me llames
con tu voz de niña berrinchuda,
que como esas niñas me pidas ayuda
para explicarte todo lo que sabes,
y que cuanto más lo sepas más me ames.

He querido no ser un hombre loco,
de esos que se sienten perseguidos
y que temen, por lo tanto, ser temidos
como le temen los niños al coco.
Mi temor hace que mi amor sea tosco.

He querido tocarte con lujuria
despojada del animal instintivo.
No se puede ser bestia y no estar vivo,
no se puede quemar todo si no hay furia.
No quiero quemarte, quiero tu cama tibia.

He querido asesinar a quienes te miran
arrancarles los ojos y guardarlos
en unas cajas viejas de regalos,
de esas cajas que las madres tiran.
Quiero matarlos y llenarlos de mi ira.

He querido rejuvenecer y ser viejo,
tener la energía y la experiencia
juntas en una misma escencia,
sin embargo al verte venir me dejo
llevar por lo que soy, entonces me alejo.

Y sabiendo todo lo que te tengo sentido
olvida lo que he escrito más arriba,
mejor mira lo que has hecho con mi vida:
le has puesto un amor claro y vivido,
y me has dado todo lo que he querido.



Talio




martes, 20 de marzo de 2018

Huellas del suelo

Mira cuántas huellas tiene un paso:
huellas de lodo, huellas de playa.
Dejará huella por donde vaya
el pie imprimido en el suelo raso,
dejará al pasar los mil caminos
convidando, a otros, nuevos destinos.
La tierra cambia cada que sopla
el caminante de pies cansinos.




Talio