Hace algunos días, mientras veía una serie,
uno de los personajes en una conversación casual, mencionó de manera simple, al
dios de las oportunidades (kairos), fue algo rápido, pero este episodio llamo
mi atención, siendo en cierto modo lo que motivo la presente reflexión.
¿Quién es Kairos?
Éste es un dios menor, se le conoce poco,
puesto que la mayoría de las veces, es opacado por su abuelo Cronos. Siendo un
dios así, qué es lo que hace que yo le dediqué estas pequeñas líneas. Pues
bien, después de haber sabido de su existencia, me di a la tarea de investigar
más sobre él, y fue una grata sorpresa
la que me llevé. Kairos, siendo hijo de Zeus (dios del orden cósmico) y de Tijé
(diosa de la suerte y la fortuna), es no sólo uno de los dioses, que más
influyen en la vida de los hombres, sino que también es el que marca la unión
entre hombres y dioses. Es parte de la triada del tiempo
griego, siendo los otros dos dioses, Kronos y Aión. Él es el que les da la
unidad a estos dioses que para algunos son más importantes.
Aquel joven apuesto, que aún así posee una
calva prominente. Se mantiene sosteniendo una balanza desequilibrada, y es portador de pies alados, a los cuales debe una gran velocidad, es el que marca las
oportunidades de los hombres, aquel que llama a la inspiración y la fortuna. Aún
cuando su imagen no inspire ninguna confianza y que en algunos momentos incluso
pueda resultar cómica.
El momento oportuno (Kairos) es difícil de reconocer, y su visita es
rápida, pero si se le logra identificar y sostener con fuerza, es el que puede
dar un giro de 90° a la vida del hombre. Sostener con fuerza los pequeños mechones que
cubren su frente, es tarea de aquellos a los que se les presenta, puesto que,
si se da la vuelta este bello dios, su clava cabeza, hará imposible el volverlo
a sostener. Los momento precisos en los que se debe de actuar es lo que se
intenta representar con Kairos, puesto que estos son fugaces y nunca se pueden
recuperar. Aquellos momentos únicos e irrepetibles que nos marcan de por vida.
Pensando en este hecho, un claro ejemplo, para muchos de nosotros, podría ser
aquel momento en el que sin saber claramente el porqué, decidimos estudiar y
dedicar nuestro tiempo a la filosofía. Cada uno de nosotros pudo en cierto modo
ser visitado por Kairos y todos lo sostuvimos con fuerza, y continuamos
aferrándonos a él.
La unión que Kairos nos brinda con los dioses
es la de la inspiración, la de aquellos instantes en los que surgen las ideas, en
los que se dan los grandes cambios. Pero esos momentos, no son sencillos de
identificar, pueden parecernos, rápidos, así como también demasiado lentos. Puede ser que sólo a través de los años
podamos notar y sentir la melancolía por no haber podido detener su marcha, así
como también la alegría de haberlo sostenido con fuerza.
Termino diciendo que Kairos nos es un dios
inferior, pero se necesita de un poco de atención para notar su importancia. Es
un momento único e irrepetible que no es presente sino que siempre está por
llegar y siempre ya ha pasado, siendo por ello que es tan difícil de
comprender. Él es el dios que le brinda las oportunidades a los hombres, que
nos acerca un poco más a nuestros sueños, que siempre intenta ayudar a los
hombres y sacarlos de la rutinaria vida en la que los sumerge el día a día.
Sarasvati
No hay comentarios:
Publicar un comentario