“Like most other humans, I am hungry. But there is more to it than that”
The Gastronomical Me by M.F.K. Fisher
La
nostalgia es la tristeza melancólica que se origina del recuerdo, deseo—mero
deseo, más nunca poder—de traer un momento del pasado a nuestro presente. Según
Proust: “Es trabajo perdido el querer evocarlo, e inútiles todos los afanes de
nuestra inteligencia. Ocúltase fuera de sus dominios y de su alcance, en un
objeto material (en la sensación que ese objeto material nos daría) que no sospechamos”
(Proust 37). Sensaciones que provienen de los elementos efímeros en la vida, como la
comida—como en el caso de Proust desencadenadas gracias al sabor de una Madeleine—, que tiene el poder de conectarnos
con fragmentos del pasado a través de nuestros sentidos.
Desde
los ingredientes, recetas, platillos, preparaciones, hasta el acto mismo de
comer o cualquier otra faceta relacionada con la comida se construyen y
reproducen identidades, forma parte de cómo interactuamos y cómo nos
comunicamos con los demás. Todo puede converger en tan sólo un bocado y es precisamente debido
a que la naturaleza efímera de la comida no sólo reside en el acto mismo de
comer, sino que comienza desde la preparación de un platillo—justo cuando los
ingredientes convergen dispersos con toda su potencialidad—y culmina en el
hecho de que está determinada por personas y ocasiones particulares a cada
momento, que la comida adquiere una suerte de evocación nostálgica, volviéndola
indeleble.
La comida engloba experiencias intensamente
emocionales y profundamente entrelazadas con sensaciones corporales y sentimientos
que van desde el disgusto, el odio, el miedo hasta el placer, la satisfacción
y el deseo. Por tanto, no debería sorprendernos el
rol que tiene la comida en la comunicación e interacción como alegoría o cualquier
otra figura retórica, ya que la experimentamos de manera cotidiana desde que
nacemos hasta que morimos. Comemos varias veces al día, e incluso bajo ciertos
entornos sociales, lo que inevitablemente genera asociaciones entre las personas y la comida.
Ahora bien, en este espacio pretendo reflexionar acerca de esas relaciones que creamos, se han creado y se seguirán creando con la comida, ya que para mí—como podrán notar—la comida va más allá de una mera cuestión alimenticia exclusivamente.
Referencias
Fisher, M. F. K. The Gastronomical Me. San Francisco: North Point, 1989.
Impreso.
Proust, Marcel. En
busca del tiempo perdido. Trad. Julio Gómez. España: Aguilar, 1981. Impreso.
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