Presentación

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miércoles, 21 de octubre de 2015

Un sentimiento oceánico



Dentro del libro “El malestar en la cultura” escrito por Freud existe una crítica a un sentimiento denominado por el autor como “sentimiento oceánico”, el sentimiento oceánico proviene de esa sensación de eternidad que la religión (cualquiera que sea) provoca en el ser humano. La religión y su sentimiento oceánico no solo sirven como represores de aquellas cosas que el ello y el inconsciente desean satisfacer, también es un motor que mantiene a los humanos en funcionamiento pues se vive bajo la promesa de la tierra prometida, dicho de otra forma, se sufre en el mundo y en esta vida pero solo es momentáneo pues al morir se puede llegar a un lugar en el cual ya no habrá sufrimiento. Entonces esto lleva al supuesto de que si la religión ha logrado suprimir muchos instintos animales en el hombre también lo mantiene con una buena dosis de esperanza.
De acuerdo con el autor, la vida resultaría algo insoportable si no fuésemos capaces de evadir la realidad a través de tres distintas formas, distracciones poderosas, satisfacciones sustitutivas y los narcóticos. La religión o el sentimiento oceánico entran en el primer tipo de distracción capaz de hacer parecer nuestra miseria algo pasajero que puede soportarse pues al final tendrá sus beneficios.

¿Un sentimiento oceánico sólo puede ser provocado por la religión?, ¿existe alguna otra condición emocional capaz de provocar una sensación de eternidad?

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