Presentación

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viernes, 1 de abril de 2016

Sentimientos de un 12 de marzo

Hace un par de semanas me sucedió algo extraño. Y es más extraño porque, en parte, queríamos que sucediera algo chido, pero pasó mejor de lo que esperábamos. Con el "queríamos" me refiero, específicamente, a dos de mis personas favoritas. Pero en fin, les contaré lo que sucedió ese día porque muestra lo que he estado escribiendo para este blog, pero también me afirma lo que he sentido y pensado.
Resulta que ese día planeábamos ir a la Cineteca a ver El abrazo de la serpiente, pero no recuerdo por qué razón se nos hizo tarde y no llegamos a la función. Entonces, decidimos entrar a ver El niño y el mundo. Si no la han visto, extraños, corran a verla. Es una película extraordinaria porque nos mostró que somos más cercanos de lo que creemos, esto porque los tres lloramos. Pero el punto no es el llanto, esperen que ya les cuento. Después de esto fuimos a Balderas a encontrarnos con otra persona que nos guiaría en el misterioso camino, ese camino místico donde todo se une y se entrelaza. Así, seguimos en el metro hasta llegar a donde debíamos. Sabíamos que resignificaríamos tal camino, pero resulta que éste se resignificó sólo. Nosotros fuimos tan espectadores como hojas secas en un riachuelo. Empezamos a caminar e íbamos platicando, a veces se escapaban unas carcajadas, unos gestos de admiración, pero, en sí, no habíamos visto algo nuevo. Todo lo místico empezó (según recuerdo) cuando alguien subió la mirada hacia la nomenclatura de la calle y vio el nombre ésta, ¡resulta que eran números! Aquí les seré sincera, no recuerdo exactamente que números eran, pero el hecho de que sean números implica: 1. el significado de su simbología y 2. que existía una secuencia (esto lo veo como una evolución, un avance). Pero eso no es todo, resulta que después de caminar un poco más, yo empecé a tener un tipo Deja vú. En realidad yo había soñado la esquina en la que nos encontrábamos. Esto es raro porque el sueño no tenía nada que ver con lo que en esta realidad hacíamos ahí. Sin embargo nos encontrábamos en ese punto, y yo sabía que nos encontraríamos ahí, por medio del sueño. Tampoco sabría decir si alguien o algo llamado destino nos ubico en ese lugar para que nos diéramos cuenta realmente de lo que hacíamos juntos. En lo personal (espero no comprometer a nadie), sentí que nos quería mostrar que no somos simplemente unos amigos de la escuela, que se pasan la tarea o que sirven para salir por cerveza. Sino que somos personas que, aunque no estemos juntas diario, están más unidos de lo creen, por su ideología o por su contexto, pero que tienen mucho en común. Esas personas (nosotros) deben estar juntos.
En este punto, sé que usted como lector dirá "¿para qué abrí la página? Esta niña que mejor duerma ya, está demasiado cansada y no piensa correctamente. Dice puras incoherencias" Pero déjeme decirle, extraño, que tiene usted toda la razón. Confieso que estoy hablando de cosas que no comprendo y tenía miedo de escribir esto y decir alguna burrada. Pero es que de verdad necesito expresarlo. Tampoco es que necesite comprenderlo, quiero quedarme con lo que siento y eso es más que suficiente. Siento que en esa tarde crecimos y nos juntamos aún más. Ese día encontré más razones por las que me quiero quedar con esas personas. Me siento realmente feliz de estar a su lado y de poder vivir nuevas experiencias con ellos. Me siento alagada por que nos invitaron a caminar por ahí, y ya. Lo demás que siento no lo quiero publicar. Es más, no sé si lo podría decir algún día o siquiera si sé exactamente lo que siento. Por ahora sólo me queda decir que realmente me siento plena. Gracias a los dos. <3


Pd. Como usted, extraño, se habrá dado cuenta ya, este escrito es específicamente para dos personas. Usted puede hacer caso omiso de la publicación, tomarme como loca o acompañarme silenciosamente en mi delirio. Y ustedes, dos bellas almas, no me vean feo. De verdad sigo en shock por ese día. Los quiero.

La chica entre dos planos

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