Alguna vez te vi, radiante como siempre.
No recuerdo con exactitud cuándo, pero te soñé. En ese sueño estábamos en nuestra casa y convivíamos como una familia cálida. Era un hogar pequeño y lleno de mucha tranquilidad. Acudían a ella los amigos y demás parientes. No existían las discusiones. Claro que habían problemas, pero sabíamos cómo solucionarlos de inmediato. Habíamos logrado construir castillos en las nubes.
Y ahora que te veo, esa imagen me perturba constantemente. Me confunde, me aprisiona, me atormenta. No sé si con lo que vaya a hacer hoy esta imagen me vuelva miserable puesto que, no hace mucho, he dejado el arma falsa que muy pronto dará fin a una vida.
Aurelius
No hay comentarios:
Publicar un comentario