¿Por
qué pensamos? La respuesta devela el movimiento conjuntivo entre razón y alma. ¿Cómo
lo sé? Aún no logro responderme con claridad y con toda sinceridad no encuentro la respuesta que disipe mi confusión. Sé
que quiero, necesito y debo saber, pero ¿qué quiero, necesito y debo saber? Las
posibles respuestas conllevan al deseo, a la necesidad y a la obligación de la
actividad del pensamiento. Pero ¿he respondido a la pregunta inicial, por qué
pensamos? Me parece que no, he señalado los motivos que conlleva al pensamiento, y con ello respondo al qué es, sin embargo, no he dicho nada al respecto del porqué. Así que he de pedir,
mediocremente, disculpas a todos los amables lectores de este espacio, pero no
he encontrado respuesta convincente. Espero y el tiempo se convierta en un
aliado y, me ayude a iluminar mi intelecto para lograr encontrar la respuesta
y, poder compartir qué encontré…
Creo que tu pregunta excede el breve espacio que te ofrece un blog para una entrada. Además, ¿puedes saber las causas que te llevan a pensar si no examinas qué sea el pensamiento? Es decir: ¿puedes entender las causas sin saber en qué consiste el propio proceso o la propia actividad del pensamiento? Sin esas indagaciones tu pregunta se encuentra vagando, sin encontrar asentamiento, sin saber si lo que crees que es pensamiento se trata de una actividad de la imaginación o del recuerdo. Conviene reflexionar el examen que hacen, sobre las mismas preguntas que a ti te interesan, los grandes pensadores de occidente.
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