Estimado David:
Hace
algunos días publicaste una pregunta que apunta a la envergadura del diálogo.
Quisiera expresarte que esa misma inquietud que tuviste acerca del por qué en Los nombrados mudos no se dialoga, también
la tuve yo. Me percaté de bastantes situaciones, de las cuales sólo te
mencionaré algunas, pues no en todas he reflexionado lo suficiente. Si bien es
cierto que este blog parte de la primicia en compartir lo que se piensa y dar libertad
a las letras, no subyace que se deje de lado al diálogo. Es decir, al aceptar
los términos de este blog, tenemos que tener en claro lo siguiente: por una
parte, el compromiso con las letras y con los lectores.
Este compromiso exige la
preocupación por mantener el diálogo. ¿Por qué insistir en ello? Si solamente nos
consolamos en hacer uso de este espacio para describir nuestras vivencias, pero
no generamos nada con ello ¿por qué no mejor nos compramos una libreta y escribimos
en ella? O mejor dicho convertirnos en
youtubers, ganaríamos más. Sin embargo, no se trata de escribir por
escribir. Me explicaré mejor a qué es a lo que pretendo llegar. Comprendo las
explicaciones que han expuesto algunos de los nombradores y, entiendo que en algunos
comentarios se percate la incomodidad o
irritación ante tal interrogante. Incluso algunas de las observaciones que se
hacen en este blog sean consideradas, por la opinión de algunos lectores, como
pretenciosas o prepotentes: eso en el mejor de los casos, en la peor de las
suertes somos ignorados.
Y “ojo” al decir somos ignorados no me refiero a que no me dieron “like”, como en
alguna ocasión recibí un comentario que subrayaba mi supuesta pretensión para
conseguirlos; luego de preguntarles ¿por qué esa nula disponibilidad para
dialogar? No obstante, lo que se generó con esa publicación me orilló a preguntarme
¿será que el diálogo es posible con aquellos afines a mí y, éstos son solamente
mis amigos? Luego de observar y leer cada una de las entradas que se iban
adjuntando, me respondí que sí, efectivamente sólo con los amigos se puede
dialogar.
¿Qué quiere decir todo ello? Resulta
que cuando se está en compañía de un amigo, la base de esa relación es que hay
confianza y disposición. La crítica sólo es aceptable, si y sólo si proviene de
alguien al que conoces, permitiéndole y aceptando sus juicios, para así dirigir
la simple charla hacia un nuevo horizonte, convirtiéndola en diálogo. Las
ideas, nuestros pensamientos o reflexiones no son accesibles a cualquiera, pues
sólo estamos dispuestos a presentarles a aquellos que consideremos dignos de
saberlas. En ese sentido, somos un tanto egoístas y ¡cómo no serlo! Si nuestros
pensamientos son como el ser amado, no se comparte con los desinteresados.
Sin embargo, viene el segundo
compromiso, con las letras. Si decimos que sólo podemos exponer nuestro
pensamiento ante los amigos ¿para qué escribir en un blog? Sería más benéfico
para nosotros hacerlo mediante cartas privadas. Pero ocuparse solamente de mantener
el diálogo con algunos nos conduce a no cumplir el segundo compromiso y, de
esta manera estaríamos faltando a la primicia de este blog. Las letras son algo
que nos compete a todos los que colaboramos aquí, que damos seguimiento y vida
a lo publicado. De ahí la insistencia en propiciar algún diálogo o, mínimamente
alguna interacción. Publicar entradas con la finalidad de no ser expulsados del
blog y, sólo cumplir con la fecha asignada, me parece que es un acto egoísta.
Publicaciones y demás publicaciones
que semana a semana se exponen es un dato aceptable si nos interesasen las estadísticas.
Pero, al menos creo, eso no es de nuestra principal ocupación, sino lo que nos
preocupa es atender a lo que nos dicen las letras. Por ello la necesidad de
señalar la falla que hemos cometido y, evitar que ya no haya tantos divorcios
entre una entrada y otra. Pero ¿por qué he osado en brindarles esta observación?
Porque las publicaciones que no generan nada son como letras muertas y, si hay
muerte en las ideas, no hay diálogo y, no hay libertad, por lo tanto este blog
es sólo una expresión de nuestro egoísmo y engaño.
Tal vez soy una cretina al insistir
en que demos vida a este blog. Tal vez soy muy torpe y no he comprendido la
intención y finalidad de este espacio. O quizá me he auto engañado de que no
hay diálogo y, puede ser que soy yo la única que no genera nada con sus
publicaciones. O mis prejuicios son tan radicales que no me permiten
comprender. O soy muy pretenciosa y, persigo algo que es imposible. O cabe la
posibilidad que no sé expresar mis intenciones y, por ello deciden no leerme.
Pero también pudiera ser que mis letras son bastante torpes y, no son dignas de
que se les atienda. O soy bastante egoísta y, me he resignado en no
compartirles mi pensamiento y por ende, en no permitirme atender también a sus
letras enfocándome sólo en las mías.
En
fin, como puedes darte cuenta David, son muchas las posibilidades por las que
no nos animamos a dialogar. Bastantes prejuicios son los que nos atormentan y
dominan. Pero cabe rescatar algo, señalar que mientras haya disposición para
dialogar y, provocar reacciones, hay cabida para que este blog sea libre y dé
vida a las letras.
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