He andado tantas canciones.
Entierros guatemaltecos
y atardeceres huastecos
me han dado mil corazones
de Colombia y Venezuela
a ritmo de una zarzuela,
de un joropo y una saya.
Canto que cuando me vaya
me preguntaré mil cosas,
¿quién complacerá a mi esposa?
¿Qué pasa si el cantor calla?
¿A qué me sabrá tu nombre?
¿Habré logrado ser hombre
hermano del sol y las garzas?
Canto himnos y alabanzas
a la vida y al amor,
a la canela y su flor.
Y con pies que bailan danzas
sobre aquellas vereditas
y ventanas que se agitan,
mis canciones acarician.
Los poemas se desperdician
por los muchos personajes
que se pierden en sus viajes.
Los poemas son delicias
que con buenas melodías
en tristezas y alegrías
resumen las emociones.
Glauco
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