Son las cuatro con cuarenta
y pronto serán las cinco.
Crece de a poco el ahínco
mientras avanza la cuenta
que emociona o desalienta.
Las horas avanzan lento
pero por el movimiento
el avance es diferente.
En el pecho y en la mente
pasa diferente el tiempo.
Son casi cuatro cincuenta,
se acerca el amanecer.
Sintiendo al alba crecer
mientras la espalda revienta
por una noche violenta,
se siente pasar el tiempo
en el alma y en el cuerpo
como una rauda navaja.
El tiempo que sube y baja
es un desastre violento.
Glauco
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