Sigo el ejemplo de Cristo,
mas le pongo mi inventiva.
Seguro él quiere que viva
como nunca antes se ha visto.
En hacer el bien persisto
aunque sé que no soy bueno.
Al infierno me condeno
por sentirme innovador.
Todo lo que llamo amor,
otros lo llaman veneno.
Muchos más hacen lo mismo
y hacen de Cristo un deshecho.
Aunque caminen derecho
irán a dar al abismo
donde Cristo es espejismo.
En hacer el bien persisten,
de santos doctos se visten,
y al infierno se condenan.
Haciendo su bien las penas
se sienten pero no existen.
Eso de querer ser Dios
es ilusión primitiva.
Toda persona que viva
queriendo imitar su voz
sólo dará un grito atroz.
Toda persona que asume
poner en Dios su perfume
sólo puede hacerse daño.
Somos Cristo del engaño
donde lo real se consume.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario