En una de las guerras más lejanas
en que se derramó sangre judía,
un sabio con el don de profecía
fue a dar allí con sus armas arcanas.
Llamado en el furor de los moabitas
se vio en el atacar comprometido,
mas un milagro lo hubo interrumpido
al tiempo del conjuro de las cuitas
que sobre los hebreos debía arrojar.
No pudo pronunciar las maldiciones
debido a divinás revelaciones
salidas de su burra que al hablar
le dijo, con el ángel en su voz:
el pueblo hebreo tiene el favor de Dios.
Glauco
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