Somos fuerza alienada que camina
entre balas y minas y un mendrugo.
Andamos siendo víctima y verdugo
entre el capitalismo y Palestina.
Si bajo el corazón está la mina,
el genocidio fluye vuelto jugo…
Somos la libertad asida al yugo
que a la misericordia nos conmina.
Los pueblos, las familias, las ciudades,
han despejado el mar de fuego y humo.
Oculto entre lo humano me consumo
como consume el hombre las bondades.
Somos considerados con los otros
siempre que ellos respondan por nosotros.
Glauco
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