Corazón en la pared,
atado sin un consuelo,
entre la vida y la sed,
entre la arena y el hielo.
Corazón en el asfalto,
entre anhelos y basura,
entre lo bajo y lo alto,
arraigado a la locura.
Corazón en la pileta,
ahogado en bilis y miel,
entre senderos violeta,
entre el velo de la piel.
Corazón en la ventana,
entre el fondo y el espejo,
entre el llanto y el reflejo,
repleto del alma humana.
Corazón en las costillas
entre el silencio y el ruido,
entre dolo y maravillas,
oscila en el hombre herido.
Glauco
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