Se mueren los geranios y los lirios.
Se mueren las canciones y las fotos.
Se mueren en los corazones rotos
miles de realidades y delirios.
En márgenes de flores y de cirios
se posan los infieles, los devotos…
Entre tornados y entre maremotos
quedan las sobras de nuestros martirios.
Se mueren todos. Todos se nos mueren.
Todos nos moriremos algún día;
saberlo no es una sabiduría.
Hay muchos que nos aman, que nos quieren.
Pero el amor para el amor no alcanza…
Sólo la muerte forma la esperanza.
Glauco
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