mucho más que demasiado,
mas no es mío, me lo ha dictado
el mundo que necesito.
Mis palabras son un grito
de aquello que, en sí, es callado.
Pocas cosas he contado,
pues pocas cosas he escrito.
Escribir en realidad
es un modo de leer,
es el polen del ayer.
Sólo queda la verdad,
la aseveración más pura:
lo más bello es la lectura.
Glauco
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