Presentación

Presentación

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Proyectos inconclusos

Existen un sinfín de razones por las cuales no cumplimos nuestros planes. No es tan difícil nombrar varios obstáculos que se interponen en nuestra búsqueda por la meta, sea cualquiera el camino que decidamos tomar. Los más evidentes resultan las circunstancias fuera de nuestro control, sucesos que nos complican el cumplimiento de lo que nos proponemos. Por ejemplo, inesperadamente, quedarnos absorbidos por el embotellamiento en la autopista hace que desistamos de nuestra cita. Pensamos que llegaremos muy tarde, quizá tanto que la persona que nos espera ya se habrá ido. Así la circunstancia vial ha cancelado involuntariamente la cita acordada. 

En ocasiones las circunstancias, por lo mismo de que justifican fácilmente , resultan las más cómodas para concluir nuestros proyectos. Ya sea porque nos hayamos hartado o porque creamos inminente su final, preferimos terminarlos antes. Advertimos o vivimos su agonía fatal y creemos sensato acabarlo por nosotros mismos, mejor reducir la pena. Rascándose la cabeza de preocupación, el jefe de una empresa en pique decide liquidar a sus trabajadores. En vez de afrontar el período difícil, siente conveniente cerrar las instalaciones ante de sufrir el penoso desenlace. 

Aunque pareciese que con este fin quedamos satisfechos, muchas veces eso no cierra nada. A pesar de que veamos conveniente acabar nuestro plan, dentro de nosotros guardamos un escozor punzante. Puede que lo tengamos como remordimiento, que su final nos convenía pero afectaba a otros, o que simplemente nos sintamos derrotados. Aparece la desilusión al creer que podríamos lograrlo, pero hemos fracasado. Nuestro deseo por concretar lo propuesto cae roto.  

Fuera de las circunstancias inasibles a nosotros, por mucho que tomemos como pretextos otras, siempre nos sentiremos responsables por el fracaso de un plan o proyecto. Aunque tratemos de mentirnos, naturalmente tendremos una reacción frente a ello, sea cualquiera su tipo. No importa si es derrota o vergüenza, no somos indiferente ante lo inconcluso de nuestros proyectos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario