¿Qué es la comida? No es sólo una colección de
productos, merecedores de estudios estadísticos o dietéticos. Es también y al
mismo tiempo un sistema de comunicación, un cuerpo de imágenes, un protocolo de
usos, de situaciones y de conductas. […] Al comprar un alimento, al consumirlo
y al darlo a consumir, el hombre moderno no manipula un simple objeto de una
manera puramente transitiva; este alimento resume y transmite una situación,
constituye una información, es significativo (Barthes 215).
Como sugiere Barthes, la comida constituye una parte
fundamental de la cultura, ya que es en sí un sistema de comunicación, un
compendio de signos entendidos y reproducidos en una sociedad. Todo puede
converger en tan sólo un bocado: “Food touches everything. […] Eating is an
endlessly evolving enactment of gender, family, and community relationships
(Counihan 1). Comenzando con la selección de ingredientes, pasando por las
recetas y preparaciones, y culminando con los platillos y con el acto mismo de
comer, cada elemento del proceso culinario está intrínsecamente relacionado con
la historia, con lo que somos y a lo que pertenecemos. Además, un amplio repertorio
de representaciones culturales y estructuras sociales sostienen y se sostienen
por medio de la actividad culinaria, en la que a su vez, circulan, refuerzan y
transgreden valores, creencias, ideologías y expectativas acerca del yo y los
otros (Golubov 73). En este sentido, la comida puede considerarse como un
“entramado de narraciones” (Geertz 24), ya que constantemente se transforma por
las prácticas, discursos y representaciones a las que se ve expuesta y que la
hacen capaz de posicionarse como un elemento productor de diferencia y
pertenencia. Razones por las que no habría de sorprendernos que la comida—en la
vida como en la literatura—va más allá de una necesidad fisiológica básica
exclusivamente.
La
alimentación constituye un elemento central de la identidad que, producto de
una sedimentación cultural a largo plazo, se materializa en productos, técnicas
de cocina, platos y modos de consumo propios de los integrantes de una sociedad
en particular. Este fenómeno, definido por Frédéric Duhart como Identidad
Cultural Alimentaria (ICA), es capaz de nutrir, lejos de las mesas físicas, un
imaginario completo, ya que tiene como base una rica herencia cultural y una
serie de representaciones de lo propio y de lo ajeno (Duhart 1).
Precisamente en los ensayos “Real Food” de
Chimamanda Ngozi Adichie y “Rice” de Jhumpa Lahiri podemos ver cómo se
construye y se destruye, se acentúa y se difumina, se perpetúa y se olvida una
identidad dentro de un entorno ajeno a través de la comida. Los platillos
tradicionales—el garri en Adichie y el pulao en Lahiri—se convierten en esos
“entramados de narraciones” que en ambos casos—aunque desde diferentes
enfoques—van forjando una noción de identidad cultural.
Referencias
Adichie,
Chimamanda. “Real Food”. The New Yorker 3 sept.
2007: Web. 10 febrero 2015.
< http://www.newyorker.com/magazine/2007/09/03/real-food>
Barthes,
Roland. “Por una psico-sociología de la alimentación contemporánea”, trads.
Lucía Torres
Salmerón
y Luis Enrique Alonso. EMPIRIA. Revista
de Metodología de Ciencias Sociales. 11.1
(2006) :
213-222. Web. 10 marzo 2015.
<http://revistas.uned.es/index.php/empiria/article/viewFile/1114/1027>
Counihan,
Carole. Food
and Culture: A Reader. Nueva York: Routledge, 1997. Impreso.
Duhart,
Frédéric. “Consideraciones transcontinentales sobre la identidad cultural
alimentaria”.
Sincronía.
9.32 (2004) Web. 10 marzo 2015. < http://sincronia.cucsh.udg.mx/duhartf04.htm
>
Geertz,
Clifford. The Interpretation of Cultures:Selected
Essays. Nueva York: Basic Books, 1973.
Impreso.
Golubov,
Nattie. “El consumo de cultura: identidad y comida en los cuentos de Jhumpa
Lahiri y
Chitra
Banerjee Divakaruni”, Coords. V. Ávila y P. Suárez. Los estudios de género hoy: Debates y
perspectivas. México: UNAM, Facultad de Filosofía y Letras,
2014 66–83. Impreso.
Lahiri,
Jhumpa. “Rice”. The New Yorker 23 nov. 2009: Web. 10 febrero 2015.
< http://www.newyorker.com/magazine/2009/11/23/rice-2>
Bienvenida de nuevo, Amuse Bouche.
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