Ser racional, ¿libre e inmortal?
“Sea racional: use su intuición.”
G. Zaid, ¿Qué es una máquina?
Hay sólo una razón por la que las máquinas jamás podrán
llegar a ser semejantes a los hombres. Las máquinas jamás se podrán descubrir
máquinas. Podrá algún programador con sueños de deidad hacer que bajo ciertas
condiciones la computadora o robot, o ciborg, digan que son máquinas, por
ejemplo si se le pregunta ¿Eres una máquina?, ella podrá contestar que sí,
incluso podrá decirnos qué es una máquina, y en ese decirnos qué es una
máquina, tendremos que admitir por ella su imposible libertad. Pues las
palabras con que nos diga sí o no, son creaciones del hombre libre que quiere
pensarse, sentirse, saberse, situarse, amar.
Además, por más sueños apocalípticos que tengamos sobre
la conquista de las máquinas sobre los hombres, no serán las maquinas quienes eliminen
al ser humano, será el propio deseo de inmortalidad el que poco a poco vaya
inhibiendo el deseo de actuar, de moverse, de sentir. Las máquinas no pueden
desear nuestra destrucción. El único que puede desear y encaminar su deseo con
pleno saber de sí, es el hombre. En todos los sueños
apocalíptico-tecno-científicos (donde el fin del hombre es consumado por la
inmortalidad de su creación –huella imborrable de su paso por la tierra) lo
único que se nos presenta es el horror de descubrirnos homicidas a largo plazo.
Todos deseamos que nuestra creación nos finiquite y que ella misma dé paso a
nuestra inmortalidad.
Mas no por todo esto se satanice a la tecnología, pues
nos ha dado la oportunidad de pensarnos, de desentrañar nuestros deseos y
pensamientos en la marea a que nos conducimos abandonándonos a nuestra creación
y deseo. Por lo demás, su desarrollo ha podido acercarnos, sólo hay que ser un
poco más racionales.
Javel
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