Presentación

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viernes, 27 de mayo de 2016

Teorías en lo cotidiano

Hace poco tuve un conflicto interior pues mi memoria no es muy buena. Bien dicen que ésta es indispensable para llegar a obtener un verdadero conocimiento y por ello mi ánimo decayó. Estuve meditando sobre esto y observé, gracias a otras personas que me rodean, que existen (por lo menos) dos tipos de reflexiones. La primera es la reflexión que consiste en aprenderse todas las teorías posibles y que las mezcla, haciendo de ellas una mejor. La segunda no va tan enfocada a las teorías, pienso que se centra más en la vida práctica. Por ejemplo, en una discusión sobre el pensamiento de Sor Juana Inés de la Cruz, un sujeto con el primer tipo reflexivo podría decir que es influenciada por Platón, Aristóteles, etc., mientras que el otro podría analizar directamente los problemas que presenta Sor Juana, sobre el método a usar para llegar al conocimiento, sobre las metáforas que usa. Sin embargo, nótese que es los dos tipos de reflexiones se está generando cierto conocimiento.

Ahora, ¿recuerdan cuando, a lo largo de su formación académica, se la pasaban aprendiendo cosas que creían que jamás les servirían para la vida fuera de las escuelas? Cosas como el teorema de Pitágoras, cálculo, o incluso la teoría de la evolución o de la selección natural. Estoy segura de que más de uno lo dijo incluso en el bachillerato o hasta en la carrera, pero ¿porqué decimos esto? ¿acaso no nos tomamos la carrera (pensando específicamente en filosofía) en serio? (Aquí, extraño lector, tiene toda la libertad de acomodar las preguntas para que queden de acuerdo a su licenciatura) ¿Qué estamos haciendo entonces, queremos vivir encerrados en aulas aprendiendo lo que dijo un señor medio loco de hace muchísimos años para darnos cuenta que sólo se burla de nosotros? ¿Acaso no hablamos sobre la vida? Y entonces, ¿por qué no vivimos? ¿Por qué tenemos que separar lo que aprendemos en la academia de lo que aprendemos de la escuela de la calle? Porque hasta donde he notado, ¡tratan sobre lo mismo!

Perdónenme si parece que los acuso a todos. Sé que muchos de ustedes, grandes extraños, ya lo han pensado antes e incluso ya lo ponen en práctica pero a mi, en estas semanas, se me hizo más evidente. Sólo déjenme recordárselo. De verdad es muy emocionante encontrar a Hegel, a Schelling o a Pico della Mirandola en la vida cotidiana. Búsquenlos, y si ya los encontraron recuerden que existen muchas teorías (en general) que faltan por vislumbrar.

¡Suerte!

La chica entre dos planos

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