Presentación

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domingo, 22 de enero de 2017

Buscando la sabiduría



Nada tan cercano a nuestros racionales tiempos tolerantes como alejarnos de la sabiduría. No digo que nuestros tiempos carezcan de razón, sino que usamos sabiduría, la palabra, con sentidos muy poco pensados. El más común es usarlo para burlarnos de la inteligencia de una persona; chiste paradójico, pues es risible tomarse a broma la sabiduría. Aunque es cierto que es sabio el que sabe. ¿Pero qué sabe que lo hace sabio? El científico sabe, y sabe cosas muy complejas, importantes y deslumbrantes. No es sabio quien sabe cualquier cosa, sino lo importante. ¿Qué es importante conocer?

Susurraba Leo Strauss que los filósofos griegos, también los poetas, buscaban la sabiduría; así como decía que en la Biblia había sabiduría. ¿En qué consiste la sabiduría que buscaba la filosofía y que tiene la Biblia? La pregunta es sumamente compleja y toda respuesta posible en el contexto presente es claramente insuficiente. Pero si modero mi ímpetu irracional, puedo esbozar que la sabiduría consiste en saber lo que es bueno para el hombre. 

Entonces volvemos al punto de partida. ¿Todos en cuanto buscan lo bueno, tienen u sabiduría propia? Esa utopía es una vieja historia, pero nos gusta su tonada; nadie quiere aceptar su ignorancia. Entonces difícilmente creen que sus acciones son malas, más cuando no creen cometer ninguna injusticia; los delincuentes se inventan ingeniosas razones para justificar sus atrocidades. Eso quiere decir que la sabiduría se encuentra en la acción y la probidad de la misma. ¿Pero cómo llegar a ser sabios en cuanto al conocimiento sobre la acción? Evidentemente hay que reflexionar sobre la acción misma y sus posibilidades. Lo que no quiere decir que de la teoría se llegue inmediatamente a la práctica o de que lo que nos parezca racional sea verdadero. He ahí una dificultad grande donde se contrapone acción guiada por preceptos y acción justa. Vemos que hay que precisar con mucho cuidado qué sea lo bueno para el hombre, lo que nos exige un conocimiento sobre el hombre mismo, cómo piensa, con qué se relaciona, con quiénes se relaciona, etc. Para ser sabios hay que intentar conocer qué es el hombre y qué el mundo. 

Fulladosa

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