Nada tan cercano
a nuestros racionales tiempos tolerantes como alejarnos de la sabiduría. No
digo que nuestros tiempos carezcan de razón, sino que usamos sabiduría, la
palabra, con sentidos muy poco pensados. El más común es usarlo para burlarnos
de la inteligencia de una persona; chiste paradójico, pues es risible tomarse a
broma la sabiduría. Aunque es cierto que es sabio el que sabe. ¿Pero qué sabe
que lo hace sabio? El científico sabe, y sabe cosas muy complejas, importantes
y deslumbrantes. No es sabio quien sabe cualquier cosa, sino lo importante.
¿Qué es importante conocer?
Susurraba Leo
Strauss que los filósofos griegos, también los poetas, buscaban la sabiduría;
así como decía que en la Biblia había sabiduría. ¿En qué consiste la sabiduría
que buscaba la filosofía y que tiene la Biblia? La pregunta es sumamente
compleja y toda respuesta posible en el contexto presente es claramente
insuficiente. Pero si modero mi ímpetu irracional, puedo esbozar que la
sabiduría consiste en saber lo que es bueno para el hombre.
Entonces
volvemos al punto de partida. ¿Todos en cuanto buscan lo bueno, tienen u
sabiduría propia? Esa utopía es una vieja historia, pero nos gusta su tonada;
nadie quiere aceptar su ignorancia. Entonces difícilmente creen que sus
acciones son malas, más cuando no creen cometer ninguna injusticia; los
delincuentes se inventan ingeniosas razones para justificar sus atrocidades.
Eso quiere decir que la sabiduría se encuentra en la acción y la probidad de la
misma. ¿Pero cómo llegar a ser sabios en cuanto al conocimiento sobre la
acción? Evidentemente hay que reflexionar sobre la acción misma y sus
posibilidades. Lo que no quiere decir que de la teoría se llegue inmediatamente
a la práctica o de que lo que nos parezca racional sea verdadero. He ahí una
dificultad grande donde se contrapone acción guiada por preceptos y acción
justa. Vemos que hay que precisar con mucho cuidado qué sea lo bueno para el
hombre, lo que nos exige un conocimiento sobre el hombre mismo, cómo piensa,
con qué se relaciona, con quiénes se relaciona, etc. Para ser sabios hay que
intentar conocer qué es el hombre y qué el mundo.
Fulladosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario