Presentación

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viernes, 4 de enero de 2019

La yunta de tus besos XXXV

He querido decirte que yo te necesito
pero el maldito miedo de que pronto te vayas
me deja enmudecido y en el silencio habito,
ahí donde me callas.

Necesito bañarme con esa regadera
de besos y caricias, de dichos y refranes.
Necesito, en el mundo, las mieles y la cera
de tus labios guardianes.

Necesito estar preso en tu villa, en tu casa,
no salir ni escaparme, pues aquí estoy seguro.
La libertad no sirve, se escapa, se desplaza,
destruyendo el futuro.

Necesito ataduras de hilos de tu falda.
Llévame a donde vayas pero que sea contigo;
ser uña de tu mano, ser grano de tu espalda,
ser hebra de tu abrigo.

La vida sin respiro es mirra sin aroma,
es ola sin burbujas y suerte sin monedas.
Así te necesito: como el mar a las olas
y el aroma a las velas.

Me buscas en lo oscuro y en lo oscuro me encuentras
rodeado de recuerdos que tomé de tu cama,
de tu pie y tu camino. En mi mirada entras
donde mis ojos calmas.

Es tu boca un oasis y tu mente una aurora,
alimentan mis besos y mi alma y mis versos.
Es tu boca la lluvia en una cantimplora
que bebo a sorbos-besos.

A ti te necesito para tener sentido,
te necesito ahora, también en el futuro,
te necesito siempre, pues eres lo vivido,
eres el amor puro.

Glauco

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