Presentación

Presentación

miércoles, 31 de julio de 2024

La voz

 
Eres la voz del pueblo, la voz de los secretos
que todos conocemos y nadie revelamos,
en esa voz eterna se graban los decretos
de todos los que somos y todos los que amamos.

Tu voz se me ha quedado nadando en los oídos,
susurra con las voces de los enamorados
del árbol inaudito, me cuenta los sonidos
de la historia y el semen, de la sangre y los prados. 

De repente un milagro los sonidos ordena
en un solo momento dentro del corazón;
el amor genealógico no conoce de pena
y eso es lo que nos canta en su antigua canción. 

Convertida en un dios la canción se desliza
en el fin revelado, en el fuego jovial,
planta cada armonía en el suelo que pisa
y nos re-significa con su voz inmortal. 

Soy la voz y tú eres, en efecto, la misma
voz de todos y todas. Somos canto de amor
que por generaciones combate contra el cisma 
de la triste desdicha de vivir sin calor. 

Glauco

martes, 30 de julio de 2024

Medusa

 
Tierna medusa, brillas al fondo
de un mar inquieto por la ansiedad
de verse inmerso en lo más hondo
de lo que llaman la realidad,

ahí donde brillas calmas el fiero
aullido interno de un porvenir
brutal e incierto, dices “te quiero”
y yo, medusa, te quiero a ti. 

Quizás tu brillo pierde la rima,
quizá la encuentro por tu presencia,
no hay ningún verso que se redima
si no es contigo, luminiscencia. 

Medusa tierna, al fondo brillas,
clamas la calma de un turbio mar,
ahí en el fondo te maravillas
mientras me muestras lo que es amar. 

Glauco

lunes, 29 de julio de 2024

El ciclón

 
Más que amor hay un ciclón 
incesante en los pastos del terrón 
que insistente se desgaja
y muere y ahí en la muerte se alhaja.
Con accesorios de rosas
y de ilusiones hermosas
anda el ciclón maldito destruyendo 
las alhajas del otro, va royendo
el sinsabor de lo bueno.
Acabando con el mal
se revela un milagro natural,
la muerte de toda pena,
ese pedacito de tierra buena
que sostiene al incesante ciclón 
en eso que se dice el corazón. 

Glauco

domingo, 28 de julio de 2024

El viento

Pisadas en un viento nebuloso
trazan sendas de ruido, hiel y oro,

gimiendo en los recodos de las cosas
agitan el aliento en metros y horas. 

Entre esos irreconocibles sitios
crece un amor del tallo de los lirios. 

En ese amor el aire se hace humo
etéreo que suma infinito al uno

y el ruido se sonroja en melodías
que a nuestros ojos cantan maravillas,

la hiel nos sabe a sueño no soñado
y el oro vende todo lo que amo. 

No sólo a mí me pasa lo anterior, 
le pasa a todos los que también son...

Somos pisadas en un mundo incierto,
somos pisadas puestas en el viento. 

Glauco