Más que amor hay un ciclón
incesante en los pastos del terrón
que insistente se desgaja
y muere y ahí en la muerte se alhaja.
Con accesorios de rosas
y de ilusiones hermosas
anda el ciclón maldito destruyendo
las alhajas del otro, va royendo
el sinsabor de lo bueno.
Acabando con el mal
se revela un milagro natural,
la muerte de toda pena,
ese pedacito de tierra buena
que sostiene al incesante ciclón
en eso que se dice el corazón.
Glauco
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