Presentación

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miércoles, 27 de abril de 2016

Notas alrededor de las notas

*¿Escribimos cuando olvidamos u olvidamos cuando escribimos? Aunque parezca lo mismo, tiene una sutil diferencia. Ambas frases hablan de momentos distintos. En la primera nos sentimos amenazados porque perdamos eso que rememoramos, incluso cuando no hay mayor claridad en ello. Entonces decidimos grabarlo en un papel para tener una segunda opción a la memoria. Vemos que la memoria se toma como un otro grabado, como uno de cera, y el papel resulta otro medio para reforzarla. Por otro lado, si olvidamos cuando escribimos, nada asegura que los recuerdos tengan una consistencia sólida. Resultarían mudables y se desvanecerían haciendo que sus cenizas conformaran grafos sobre el papel. ¿Podríamos seguir llamando el recuerdo de una idea o imagen si la escribimos? ¿Dónde estaría la memoria ahí? La primera frase indicaría que ya estuvimos en ese sitio, queremos anotarlo para volver a visitarlo. El otro señalaría que no existe como tal ese lugar, el espejismo tendría mayor realidad cuando lo registramos.  

*A pesar de lo difícil de resolver esta cuestión, mínimamente observamos que las notas sirven para registrar. Por ejemplo, a partir de una lectura, marginalmente colocamos una nota para registrar algo que hayamos pensado. O un estudiante joven puede hacer anotar lo dictado en alguna conferencia o clase, al cabo en unos años estas notas pueden editarse si el profesor es célebre. Uno de los pioneros en esta clase de prácticas resulta Euclides, quien deslumbrado por la genialidad de Teeteto y Sócrates apunta la conversación que tuvieron cuando el primero fue casi un chaval. Tal vez nunca sabe por qué (Platón jamás lo explícita), pero considera importante la conversación. En su registro no quiere perder cualquier detalle, desea superar cualquier falla en la argumentación, tanto que Sócrates lo asiste en su afán quizá obsesivo. En una lectura superficial puede notarse las consecuencias de esta decisión. A diferencia del Banquete, por ejemplo, donde a oídas y casi anécdotico sabemos lo que sucedió en la fiesta de Agatón, en este diálogo presentado conoceremos muy poco en cuanto al ánimo y reacciones de los interlocutores (¿tendrá que ver que en el simposio se encomie a Eros?). Anotemos algo más: curioso que en este diálogo, caracterizado así, quien lo titula sea un experto en geometría y no muy hábil o diestro a la hora de la batalla. 

*Las notas pueden conformar una especie de mapa de una región conocida. Comprendidas así podrían verse como un auxilio para volver a visitar esa región. Pistas para que sigamos y lleguemos a un sitio. Si tienen un sentido, una línea que seguir, entonces debe tener un orden. Para cruzar por las montañas, no puede hacerse por una terreno difícil. Ni flotar con el viento para evitar la montaña. No hay atajos a menos que el mismo campo lo permita. En este sentido el recorrido está dispuesto para descubrirlo y seguirlo: existe un orden para superar las montañas. En un argumento esto puede verse con cierta facilidad. Las premisas y presupuestos conducen  a una conclusión, la notas puede ayudar a ver esta consecuencia. ¿Sucede lo mismo con los hechos de la vida diaria? No tanto, prueba de ello está en la diversidad de juicios y comprensiones ofrecidos por testigos y curiosos. Existe un orden que permite entender los hechos, como agente, motivos, circunstancias, etc. Sin embargo no todos lo entienden de igual modo. Las notas reflejarían ello. La sabiduría práctica haría ambigua e inciertas las anotaciones casi itinerarias y exactas. 

*¿En un impulso las cosas que se anotan?

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