Yo no pretendo
hablar sobre lo único y singular que es mi pensamiento en torno a los diálogos
platónicos o, más individualmente, en torno al Teeteto. Única y exclusivamente,
en la medida de mis posibilidades y de mis prejuicios, pretendo ver lo que un
gran pensador me ha sugerido seguir. ¿Por qué seguirlo?, ¿por qué ir tras la
estela que va dejando el gran Platón?, ¿no sería preferible iluminar con mis
pensamientos la veraniega tarde de la filosofía? Es decir, ¿no sería preferible
enarbolar mi originalísimo pensamiento entre tantos originales pensamientos
donde el sol del pensamiento platónico es el sol? Con lo anterior queda lo
suficientemente claro el porqué decir que el pensamiento original es el más
importante o el mejor es desconocer a quienes verdaderamente han pensado. De
una manera semejante, las cosas no son totalmente diferentes entre sí; la
condición de las cosas es que sean semejantes entre sí. Anteriormente no
hubiera dicho esto, pues esperaría que mi lector no se quedase con mis palabras,
que pensara conmigo, que se diera cuenta de la unión entre mi primer y mi
segundo párrafo, que se alejara de su individualidad.
Sócrates quiere
hacerle ver a Teeteto cómo el pensamiento de Protágoras nos hace sabios a todos
y a ninguno. Para lo cual, primero debe decir que ninguna cosa puede ser igual
a otra; llega al extremo de sugerir que las cosas son totalmente diferentes
cada una entre sí. Hagamos un pequeño ejercicio para corroborarlo y no
quedarnos con las palabras del gran maestro. ¿Cuál es la semejanza entre un
hombre y una mujer? Hay muchas semejanzas, pero las más visibles son que ambos
tienen las capacidades de pensar y de hablar. No seamos tramposo con Sócrates,
hay que usar su ejemplo: ¿es evidente que una persona enferma no puede percibir
de la misma manera que la misma persona en estado de salud? Según el argumento,
deberían ser dos percepciones diferentes y muchos en algún momento así lo hemos
creído. Es evidente que nuestra percepción de los sabores cambia cuando nos
encontramos enfermos que cuando nos encontramos saludables, pero también cambia
cuando hemos comido algo salado y después comemos algo dulce, o viceversa. Por
otro lado, ¿una gripa nos impide ver que un automóvil es más grande que una
hormiga? Asimismo, ¿cuántas enfermedades más o menos comunes a todos los
hombres nos hacen desconocer quiénes somos? Pero una pregunta todavía más
importante: ¿para qué nos pone esto Sócrates? Me parece que quiere hacernos
patente la falsedad de individualizar exageradamente la percepción y, en
consecuencia, todo conocimiento. Me parece que quiere refutar lo que imposibilita
el diálogo.
Fulladosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario