Nunca te vi de lejos.
Apenas te vi pasar
con mis ojos añejos
mi deseo olió a mar,
a placeres y dejos
de humanidad y sal,
y tierra en el viento.
Cerca de mi rostro tú
me miras de momento
destrozándome el azúl;
cruento y vil sentimiento;
con el cucurrucucú
amor es lo que siento
desde ese día y por siempre.
Un año, dos años, tres
años y así hasta siete
marcan antes y después
en mi ser que te siente
viva y muy llena de fe
en tú y yo y en el ente
que formamos en la unión
del cuerpo y del alma.
Somos la nueva canción
que pone el mundo en calma,
somos la única oración
que Dios escucha y salva,
somos ese sin razón
salido de la nada.
De la nada salido
soy un hombre que ama
ver tu cuerpo dormido,
que mires en la cama
mi ser desprotegido:
eres mujer y hada
de la nada del bosque
del mar, de la montaña:
amor de mis amores.
La vida ya no engaña
ni a las manos ni a los pies,
con la muerte se ensaña,
con el amor es revés.
Es felicidad total.
Mi niña; total amor,
de algún destino fatal
me rescata tu sudor,
me da miel primaveral.
Un viaje de fiel sopor:
a dormir y a despertar
me llevó el verte pasar.
Talio
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