Miren cómo camina la princesa,
se ve bella y por eso se ve buena.
Cualquier día algún rey la volverá reina:
reina de la casa y de la limpieza.
Al amanecer tomará su cetro,
lo llevará por las sendas del reino.
Prolijo quedará todo el terreno
al lavar lo de afuera y lo de adentro.
Los hombres no mandan en su castillo,
pues no tienen lo que se necesita
para vivir y jugar a la casita.
Sinceramente todavía me orillo
cuando pasa con su ropa remojada:
desde mi silla le doy una mirada.
Talio
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