Una muchacha olvidada,
que reconoce la sombra,
no se alegra ni se asombra
con la mañana estrellada,
no piensa ni siente nada
hasta que las dos estrellas,
olvidando su querella,
le hacen mirar a los ojos
a alguien lleno de despojos
pero con un alma bella.
Glauco
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