Si un beso no me diera
temblores hasta el centro
del cuerpo, y más adentro,
al fondo de la tierra,
yo no tendría el aliento
de respirar siquiera;
Si un soplo de tu pecho
no mueve mi cabello
como pluma en el viento,
como abejorro en celo,
yo no siento que puedo
ni siento lo que siento.
Si un poco de tu ombligo
no me hace tener miedo
de perderme en tu abismo
y nunca ver el cielo,
yo no quiero estar vivo
y menos estar muerto;
Si un grito de tu voz
no agita mis latidos
con miedo y con amor,
con mi vello y piel chinos,
yo no quiero clamor
que turbe mis oídos.
Si no te tengo a ti
no vibra el universo
como buscando el fin
sin tener un comienzo.
Yo quiero consumir
todos tus ricos besos.
Si voz, ombligo y pecho
me dieran cuánto es tuyo…
Espera, ya lo han hecho:
eres mía y yo soy tuyo.
Somos pico y barbecho:
la yunta de tus besos.
Glauco
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