Allende los mares
había un marinero
que perdió su barca,
su vela y su remo.
Se prendió a una roca
muy desesperado
no quería que el mar
lo encontrará ahogado.
La marea le daba
violentos tirones,
poniéndole escamas
a sus dos talones.
Salada la espalda,
saladas las manos,
se hicieron aletas
para hacer sus nados.
La roca en moronas
perdió su dureza
y aquel marinero
se dejó ir con fuerza.
Sus respiraciones
hacían la marea,
las olas se hacen
cuando él aletea.
Se enturbia y se agita
cuando se recuerda
que perdió su barca,
su remo y su vela.
Se venga del hombre
que es buen navegante,
le hace una tormenta
para que lo arrastre.
Peces y navíos
dan al marinero
todo su respeto,
cariño sincero.
Un con el mar
que le arrancó todo,
le dio con la sal
este nuevo modo.
Mar y marinero
van eternamente
haciendo que todo
fluya en la corriente.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario