Bocanadas de memoria
cuentan a los cuatro vientos
un serie de momentos,
cual suspiros de la historia.
Un espíritu de gloria
nos llena de la añoranza
del pretérito que avanza
hasta convertirse en hoy.
Soy el aire, el aire soy,
pasado que no se cansa.
El pasado sólo existe
porque existe el suspirar
que viaja hacia algún lugar
donde el tiempo se resiste
a dejar morir lo triste,
lo alegre, lo indescriptible,
lo inventado y lo increíble;
todo junto es un tornado
de centrífugo pasado
donde el tiempo es invisible.
El pasado y el presente
tienen su propio futuro,
con uno el hoy es seguro,
con el otro lo es la muerte,
que con un soplo valiente
habrá de encender el cuento
vivido en algún momento.
Todo es un poco de historia
viviendo en nuestra memoria
como suspiro en el viento.
Glauco
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