¡Cuánta hambre tienes, Macario!
Desde que eras chilpayate
te bates en el combate
de sentir el hambre a diario
y sin saber lo contrario.
Hambre es todo tu legado,
lo que has recibido y dado
de tus hijos y tu esposa.
El hambre es la única cosa
que siempre te ha acompañado.
Ni Dios, ni siquiera el diablo
pudieron comprar tu gusto.
Egoísta y algo justo,
hablando como hombre sabio
desde tus hambrientos labios.
En un restaurante agrario
fuiste a comer solitario,
pero por tu mala suerte
te encontraste con la muerte.
¡Cuánta hambre tienes, Macario!
Glauco
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