El saber me dió todo y me dió nada,
me dió falsa esperanza ciertamente,
en lo cierto y lo falso hundió mi mente,
cual herida que estoca la estocada.
No me trajo placer ni eudemonía,
ni razón, ni belleza, ni el nirvana,
sólo trajo una vida casquivana
que en el cambio conoce su agonía.
Prostituta de miles de cabezas
cruza calles, esquinas y avenidas,
dejando a las cabezas confundidas.
El saber me arrancó de las sorpresas,
me llevó a una verdad muy aburrida,
guardando la sorpresa que es la vida.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario