Te busco a la distancia y apareces
como una bruma etérea y nebulosa
rodeándome. Te busco, niña hermosa,
en un jardín de rosas y cipreses.
Entre sueños y realidad te meces.
Haces de mis anhelos flujo en prosa
y con tu danza inquieta y cadenciosa
valores y virtudes adormeces.
No sé si los deseos de mi mirada
algún día sean anhelos materiales
y tu jardín se vuelva mi morada.
En el Edén seremos animales
jugando entre el rosal y la alborada.
Te buscaré incesante y a raudales.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario