Tengo ganas de resurrección,
de una flor que no despida olor.
Tengo ganas de un amor
que no necesite un corazón,
que no condicione libertad,
que no diga cómo amar.
Tengo ganas de llorar
por la ausencia de verdad.
Tengo ganas de la vida entera,
vivirla como una vida nueva,
una vida sin moral ni prueba
de que la mejor vida es sincera.
Tengo ganas de una vida
que no convierta la fe en ira,
ni la verdad en mentira.
Quiero darle una mordida
al otro árbol del Edén,
no al del saber de Moisés,
alimento del saber del juez,
no al del fruto del saber del bien;
morder del árbol que da la fruta
de la vida que por siempre dura.
Tengo ganas de la vida pura
que no necesita de una ruta.
Tengo ganas de no morir,
de no vivir jamás sin ti,
de decir eternamente sí.
Tengo ganas de vivir.
La vida, como el ser, es una
que bien vivida no se inmuta.
La vida es una dulce fruta
cuyo sabor es como el de ninguna.
Glauco
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