Mientras exista el amor
existirán los recuerdos;
eres del campo una flor,
una frutilla del huerto.
Creces en mi corazón
como crece el campo abierto.
Y aunque te pierda la vista
te buscará la esperanza.
Y aunque no haya ni una pista
no importará la distancia,
alguien andará de prisa
buscando la adivinanza.
Por siempre te buscarán
quienes recuerdan la vida:
el dolor de tu mamá;
una mujer perseguida;
los anhelos de bondad;
la sangre que no te olvida.
Y nadie habrá de olvidarte
porque mientras el amor
nos dé ganas de abrazarte
y envolverte de calor,
buscaremos recordarte,
campiña del corazón.
Eres buena como el viento,
como la naturaleza,
como la luz del momento.
Eres alguna promesa,
eres llama, eres adviento,
eres toda una sorpresa.
¡Qué nadie jamás te arranque
del armonioso latido
de la brisa en el estanque!
¡Qué haya una rama de olivo
que nos lleve hacia adelante
y jamás hacia el olvido!
Porque no debes perderte,
porque no debes partir,
porque tu vida no es muerte
y lo tuyo no es morir,
a ti es bueno agradecerte
el milagro de vivir.
Glauco
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