Tengo miedo a la rabia enardecida
que quema el corazón y desfigura
el beso convirtiéndolo en mordida
y el amar lo convierte en amargura.
Es rabia germinada en la injusticia
que lleva a la justicia a ser venganza,
al corazón sereno lo desquicia
y hace de la violencia su alabanza.
Violencia se responde con violencia
y así la sangre llega hasta su hervor.
En el hervor se quema la consciencia
y amor no se responde con amor.
El amor es incendio de lo bueno
cuando lo bueno le arrancó el latido.
El corazón no vuelve a ser sereno
cuando lo bueno queda en el olvido.
Espero, por el bien de los que viven,
que todo lo quemado encuentre paz,
que del bien verdadero no se olviden
para que no se pierda en el jamás.
Tengo temor de que los corazones
vistan eternamente de tormenta,
que no encuentren justicia ni perdones,
y encuentren una eternidad violenta.
Glauco
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