De una mujer muy alta está prendado
un hombre que se asume como bajo.
Se afana en el amor por su trabajo,
borrando su existir de cualquier lado.
Aquella mujer alta cree que el hombre
que la anda pretendiendo vale nada.
En cambio ella se siente enamorada
de un afanoso sueño sin un nombre.
Rechaza, ella, al varón que no conoce..
Se afana, él, a lo mismo que no enseña.
Ella busca al mismo hombre que desdeña.
Pierde, él, su amor pues no se reconoce.
No se ama lo que está en nuestra cabeza.
No es nuestro corazón una sorpresa.
Glauco
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