Una lluvia que cae y que no baña
con joyas cristalinas la pradera
no es más que agua, para la mar, extraña,
no es nada más que lluvia traicionera.
Una bola de fuego que no enciende
en el fondo del pozo una lumbrera
no es un fuego que en lo oscuro comprende,
sólo es flama quemante y traicionera.
Un soplido de viento que no vive
para darle una seña a la partera
de que el soplo de vida se recibe,
es ráfaga de viento traicionera.
Un pedazo de tierra que se llena
y oculta el horizonte en la ladera
no es paisaje, es terreno que da pena,
es sólo tierra yerma y traicionera.
Cada hombre con los cuatro elementos
está hecho para que piense y quiera.
Si al vivir sólo causa sufrimientos
trae consigo un alma traicionera.
Eres viento, eres agua, fuego y tierra,
sin tener noción clara del amor.
Eres ego que te lleva a la guerra.
En esta vida tú eres el traidor.
Glauco
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