Con un poco de brillo distorsionas
todo lo que en tu cara se refleja.
Con el calor tu rostro se me aleja
y por la gota suelos erosionas.
Estás ahí en el piso sin hablarme
y te hablo sin que tú puedas oírme.
Cuando siento la sed pienso en rendirme
y de tu sucio rostro alimentarme.
Te vas y vienes. Vienes y te vas.
La lluvia te eyacula sobre el suelo
e imprimes en el piso algo del cielo.
Camina por el cielo el niño audaz
y el hombre te margina con un marco.
Eres un cielo al que llamamos charco.
Glauco
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