Pasamos tanto tiempo viendo al otro
y un día de pronto todo fue un espejo.
Miramos más y más nuestro reflejo
y nunca más miramos otro rostro.
No vemos a las águilas royendo
a diario nuestras íntimas entrañas;
es más, nuestras heridas son extrañas
pues sólo nuestro ser estamos viendo.
Ya no vemos a nadie que no sea
lo que miramos en nosotros mismos;
son nuestros corazones los abismos.
Sólo nuestro reflejo se pasea
porque sólo nosotros caminamos.
En un eterno espejo nos miramos.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario