Detrás de cada ser hay un misterio
y de misterio está la faz repleta.
La mística existencia se completa
tomando al mundo como monasterio.
Hay hombres hechos en el baptisterio
y hay otros en ciencias anacoretas.
Hay hombres en los versos de poetas
y hay otros hechos para el cementerio.
Entre misterios y hombres nada queda.
Todos son lo que son. Sus soledades
son condición de sus iniquidades.
Los hombres gritan "¡Sálvese quien pueda!".
Y así se van gritando hasta ser viejos.
Creen que para salvarse hay que estar lejos.
Glauco
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