La marca se difumina
en la piel acariciada;
cada pétalo camina
sobre esa tierra surcada.
Se confunde con caricia
y a veces también con daño
ese gesto de avaricia,
de cosquillas y de araños.
Cuando acaricia se siente
despertar la sensación
del estallido latente
del tímido corazón.
Cuando lastima se enciende
el impulso del rechazo;
son un fuego que se prende
para llamarse zarpazo.
Cuando cosquillean confunden
el dolor con el placer,
y en un solo ser se funden
(ser que no podemos ver).
Juntas son toda una flor,
un regalo que se empuña;
signos de alegría y dolor
que llevan por nombre uñas.
Glauco
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