Imagina que te besa
una cálida presencia
y que, para tu sorpresa,
no logras sentir su esencia.
¿Será quien te besa el beso
o será más bien la boca?
¿Será que el beso está preso
y al besar se desemboca?
En el beso están los labios,
lengua, ritmo y movimiento,
los dientes con sus agravios
y el aroma del aliento.
¿Qué es en realidad el beso?
¿Es carne, ritmo y aroma
o es accidente travieso
que en la potencia se asoma?
En el beso está el amor,
el placer y la mentira,
a veces causa sabor,
otras veces causa ira.
El beso es necesidad
de decir lo que se calla
por esa dificultad
de que al decirlo se vaya.
El beso es fuego y fogata,
es vaso de agua y es mar,
es ausencia que nos mata,
presencia que hace el amar.
No saber quién o qué besa
es no saber distinguir
aquello que nos apresa
de lo que nos da el vivir.
Glauco
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