Tu pecho hace las veces del tedero
donde reposa el lente de Fresnel
y me guía. Tus luces son de miel,
a la marea convierten en sendero.
Hoguera de virtudes que me guía
por un salvaje océano. En la postrera
marítima magia de la lumbrera
tu corazón es mapa y es vigía.
Entre medusas, jibias y sirenas,
serenas luces rayan el camino
llevándome a ese mítico destino,
destino donde no viven las penas,
donde este mundo que llamamos mar
te vuelve faro y me permite amar.
Glauco
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