Caminantes arboledas
surgen cuando el solo pasa,
se convierten en parcelas
yermas, peores que invernales
y adornan con las ausencias,
del solo, las soledades.
La mirada está vacía
de mundo, de éter y nada,
porque el solo aunque les mira
tiene muerta la mirada
y muerta la devoción
de mirar que no se acaba.
Se acaba el mundo y el paso,
se acaba todo en el mundo
cuando está solo el humano.
Yo soy ese humano solo,
soy por el mundo obligado
a ser ciego, mudo y sordo.
Glauco
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