Si tú vieras, mi vida, si tú vieras
lo que veo cada vez que yo te veo,
nacería en ti lo puro de las fieras,
tus palabras serían las de Proteo.
Si tuvieras, mi amor, si tú tuvieras
de mis ojos pestañas y aleteo,
nacería en ti el amor de mil maneras
cual entrañas del viejo Prometeo.
Si tuvieras, mi amor, si tú tuvieras
en tus ojos el don de la sorpresa
mirarías tu cadencia en las palmeras
y en el fuego verías delicadeza.
Si tú vieras, mi vida, si tú vieras
lo que nace al mirarte en mi cabeza,
igual que yo te quiero tú quisieras
ver y siempre encontrarte en la belleza.
Glauco
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