Yo quisiera sentir en tus rodillas
los temblores del centro de la tierra.
Yo quisiera quemar con esta guerra
que me nace en el pecho tus costillas.
Yo quisiera dormir a tus tranquilas
mareas y desatar una tormenta.
Yo quisiera probar la suculenta
gota de agua que rueda en tus axilas.
Y ponerte a temblar desde tu ombligo
hasta lo más profundo del planeta.
Y ponerte a pelear con el poeta.
Y ponerte a llover dándole abrigo
a mí piel, mi calor y mi sudar.
Y ponerte a sentirme y a probar.
Glauco
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