Ya llegaste, amada mía.
Entre tu llanto y tu aroma:
una vida que se asoma
y afianza más cada día,
más de lo que se sabía.
Amada mía, ya llegaste,
de tu madre germinaste
y en su pecho te acurrucas.
Puedo saber que nos buscas
desde el día que nos miraste.
Tengo ansia de que crezcas
y de lo que ves me digas,
de tus amigos y amigas,
de las veces que adolezcas
y cuando desaparezcas;
darle un beso a tu mamá
cuando te vayas de acá
y que ella me bese a mí
mientras te miro partir
llevándote nuestra paz.
Glauco
No hay comentarios:
Publicar un comentario